BIBLIOTHÈQUE por Máximo Jacoby ”Hay artistas que coleccionan cosas, y hay otros —como Crespo— que coleccionan ficciones.

En Bibliothèque, lo que se acumula no son objetos sino posibles portadas de libros que nunca existieron, pero que todos sentimos haber leído alguna vez.

Son canciones convertidas en novelas imaginarias, tapas que hacen visible lo que la música nos hace sentir. Cada obra es como un disco convertido en biblioteca.

Crespo arma una especie de archivo sentimental de la cultura pop, de nuestros propios consumos culturales: un sistema de citas, tipografías, colores y recuerdos, donde el arte conceptual se cruza con la emoción pura. No hay nostalgia acá, hay arqueología emocional.

La pintura aparece travestida de diseño editorial; el libro, como fetiche; la canción, como punto de partida para construir una memoria visual.

En esta biblioteca infinita —un poco borgeana, un poco glam— las imágenes funcionan como espejos de nuestras escuchas. Cada tapa es una cápsula afectiva, un fragmento de historia cultural, un guiño a las formas de circulación de la imagen contemporánea. Crespo pinta como quien edita: compone, remezcla, reescribe.”

La invención de Wonder —esa revista ficticia que hace de marco o catálogo— multiplica la operación. Las obras aparecen “publicadas”, como si fueran hallazgos de una enciclopedia global. Entonces aparece otro grupo de obras que se vuelven todavía más conceptuales: las páginas de catálogo. Ya no son tapas, sino fragmentos, interiores, registros parciales de una totalidad que nunca se muestra del todo. Como si uno hojease una enciclopedia emocional rota, donde cada número de página, cada epígrafe o dato apócrifo, funcionara como pista de una historia que no existe. Es una especie de arqueología de la lectura, pero hecha pintura: hojas sueltas de una memoria colectiva. Ahí se filtra algo que me encanta: la idea de que el arte no sólo produce imágenes, sino también sus propios contextos de legitimación, sus propias mitologías.

Bibliothèque no es sólo una serie de pinturas: es una plataforma de pensamiento visual; un sistema en expansión, una especie de archivo de afectos. Lo que vemos no son libros ni discos ni pinturas: son recuerdos que encontraron su forma plástica. Crespo convierte así la cultura popular en materia pictórica y la nostalgia en pensamiento visual, escribe, a través de la pintura, la posibilidad de establecer un canon emocional.” Inauguración jueves 16 de octubre de 18h a 20.30h. Se peude visitar de lunes a viernes de 9h a 18 h. Hasta el

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Recoleta

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