
HAY UN AZUL QUE SABE REZAR
Cristina Portela
Curaduría: Sergio Bazán
Texto: Carolina Baulo
Desde el 1/11/2025
Ungallery – Ministro Brin 1335, La Boca, Buenos Aires
“..la belleza está en la pregunta…”
(Conferencia “Entre partículas y palabras. Física y Literatura
en la construcción de la realidad 2024”.
Festival Puerto de Ideas Valparaíso. Javier Arguello)
“La obra es siempre un malentendido”
(Sergio Bazán)
“HAY UNA AZUL QUE SABE REZAR" es un cuerpo de obra de
tono metafísico que utiliza el paisaje cósmico como metáfora visual
de preguntas existenciales sobre el infinito, la finitud, el vacío y el
tiempo y las pone en relación con el imaginario que despierta la
tecnología. De factura oscura, poblada de imágenes tramadas y
rizomáticas, levanta también el guante de la incertidumbre que
genera el advenimiento de la inteligencia artificial. Una nueva matrix
que nos rodea, aparentemente colmada de certezas futuras, un
moderno Prometeo que quiere regalarnos otra vez el fuego.
Paisajes cósmicos, mares y montañas estrelladas, flora y fauna
alunada, cielos invertidos, encuentran su amalgama en un clima
incierto, allí donde algo real o imaginado amenaza. Sin
coordenadas de tiempo y espacio, todas las piezas de esta serie
aluden simbólicamente a noches pobladas de inquietud, a sistemas
que no cesan y a preguntas que continúan extraviadas en los
intervalos azulados de las horas sin luz. “Hay un azul que sabe
rezar” es un site specific, pensado especialmente para la sala 2 de
la galería UNGALLERY, un espacio de tono íntimo, de dimensiones
medianas y al que se accede luego de subir una escalera breve.
Tres paredes dan cabida a las obras seleccionadas por Bazán. Una
obra mural de piso a techo cubre la pared central, que el espectador
enfrenta cuando entra a la sala. En ella se ubican todas las pinturas
de pequeño y mediano formato, montadas a la manera de un
rizoma o una red, generando una matrix donde las obras se
integran unas con otras en diálogo con el mural. En las paredes
laterales, custodiando la pared central, se ubican dos pinturas de
gran formato. Las luces son bajas, focales. La atmósfera es de
cierto recogimiento, una suerte de altar o lugar de contemplación.
Series anteriores: “De noche el agua sueña que es aire”, “El mundo
me ha hechizado” y el “Viento sopla donde quiere”, prestan algunas
obras a este site specific y lo completan a la manera de un eco, de
un leitmotiv que ya venía sonando en trabajos anteriores. Una
paleta baja y fría, con destellos en dorados, rosados y plateados
que acentúan la referencia cósmica de las obras, le imprime el tono
a la muestra. Como un mantra, un audio de volumen bajo casi imperceptible
reproduce en loop al 2do movimiento de la Séptima sinfonía de Ludwig Van
Beethoven.
CRISTINA PORTELA.
Septiembre de 2025.
A días de la primavera en Buenos Aires



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